Las plantas de sol directo para tu hogar
Cuando uno empieza con las plantas, piensa que todas necesitan luz y que mientras más sol les dé, mejor. Y pues sí, la mayoría necesita luz, pero el sol directo no es para todas. A muchas plantas les pasa lo mismo que a uno cuando se va a la playa sin protector solar: terminan todas quemadas, secas y tristes. Por eso es importante saber cuáles sí son de esas que aguantan el rayo del sol como campeonas. De esas que puedes tener en tu patio, tu terraza o en una ventana donde les pegue el sol todo el día y no sólo sobreviven… ¡florecen!
Mi mamá siempre me dice que hay plantas que son "de sombra" y otras que son "de solazo", y que no hay que confundirlas, porque si no, se te van a morir aunque las riegues con agua bendita. Así que me enseñó cuáles son las que sí se pueden tener al sol directo sin que se achicharren y hasta me explicó cómo cuidarlas para que estén siempre bonitas.
Las que sí son guerreras de sol
Entre las primeras que me recomendó está el geranio, esa planta con flores de colores bien vivos. Es de las que más aguanta el sol directo. Mi mamá tiene varios en macetas de barro, todos bien floreados, y los tiene justo donde más pega el sol en el patio. Dice que lo único que hay que hacer es regarlos seguido, pero sin encharcarlos, y que les dé el aire, porque eso también les ayuda a mantenerse fuertes.
Otra que no puede faltar es la sábila o aloe vera, que además de decorativa, sirve para curar quemaduras, granitos y hasta para ponerte en el cabello. Mi mamá tiene una que lleva como diez años creciendo en una esquina del patio, le da el sol todo el día y está más viva que nunca. Es de esas plantas que casi se cuidan solas. Con regarla una vez por semana ya está feliz.
Y ni hablar de los cactus. Son los reyes del sol. Están hechos para resistir calor, sequía y sol directo sin una sola queja. Eso sí, hay que tener cuidado de no regarlos demasiado, porque se pudren. Mi mamá siempre me dice: “A los cactus se les da cariño, no charcos”. Hay algunos que hasta florecen, y cuando lo hacen, son espectaculares. Parecen como pequeños fuegos artificiales naturales.
También están las bugambilias, que si las dejas a la sombra no dan ni una sola flor. Necesitan estar en exteriores con sol todo el día. Son trepadoras, así que puedes tenerlas en una reja, una pared o una jardinera grande. Con buena tierra, sol y agua constante (pero sin exagerar), se llenan de flores rosas, moradas, blancas o naranjas, dependiendo de la variedad. Son de las más agradecidas si les das el espacio y la luz que necesitan.
Las suculentas también son del club del sol
Las suculentas son otra categoría de plantas que adoran el sol directo. Lo curioso es que mucha gente las pone dentro de casa o en lugares con luz indirecta y luego se preguntan por qué se alargan, se ponen pálidas o cambian de color. Mi mamá me explicó que muchas suculentas sacan sus colores más intensos —rosas, morados, rojos— solo cuando están bajo el sol directo. Es como si el sol fuera su maquillaje natural.
Eso sí, no todas las suculentas aguantan el mismo nivel de sol, así que lo mejor es empezar con variedades que ya estén acostumbradas al exterior. Y si las vas a sacar de un lugar con sombra al sol, tienes que hacerlo poco a poco, para que no se quemen. Es como cuando uno entra a una alberca fría: si te avientas de golpe, te duele. Pero si vas entrando de a poquito, te acostumbras.
Cómo saber si tu planta es de sol directo
Aquí viene el truco que me enseñó mi mamá: las plantas que aman el sol directo suelen tener hojas más gruesas, duras o con algún tipo de protección natural, como pelitos o capas cerosas. Esas características les ayudan a retener la humedad y a resistir el calor. En cambio, las plantas de sombra tienen hojas más delgadas, suaves y frágiles. Si ves que tu planta se pone amarilla, se quema por los bordes o se ve triste después de exponerla al sol, probablemente no es de ese tipo.
También me dijo que el lugar donde compres tus plantas importa. Si las compras en un vivero donde están en la sombra, aunque sean de sol, hay que irlas acostumbrando poco a poco a su nueva casa. Primero unas horas en la mañana, luego más tiempo, hasta que puedan estar todo el día sin problema. Es como entrenarlas.
Recomendaciones finales para que tus plantas de sol estén siempre bonitas
La clave, como siempre dice mi mamá, es el equilibrio. No es sólo ponerlas al sol y olvidarte. También hay que darles buena tierra, drenaje, un lugar donde no se acumule el agua, y regarlas cuando lo necesitan, no por rutina. A muchas de estas plantas de sol les va muy bien en macetas de barro porque esas permiten que respire la tierra y no se acumule la humedad. Además, se ven más bonitas, más naturales.
Si tienes espacio en tu terraza, balcón o jardín y te da el sol directo buena parte del día, aprovecha y llena ese rincón de vida con plantas que realmente disfrutan estar bajo el sol. No solo te van a alegrar la vista, también vas a ver cómo atraen mariposas, abejas y hasta colibríes.
Y así, poco a poco, uno va aprendiendo que tener plantas no es complicado si sabes elegir las que se adapten a tu espacio. Con las de sol directo, mientras les des lo que necesitan, ellas solitas hacen el resto. Y lo mejor es que, como dice mi mamá, "son plantas que no se rinden", así que si empiezas por ellas, es difícil que te vaya mal.
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