Macetas decorativas para sala: las favoritas de mi mamá para que todo se vea bonito
Cuando uno empieza a meterle plantitas a su casa, tarde o temprano llega ese momento en el que dices: “ok, ya tengo las plantas… ¿y ahora en qué las pongo?”. Y ahí es donde entran las macetas decorativas. Porque sí, puedes tener una planta súper bonita, pero si la pones en un bote viejo o en una cubeta, no se va a ver igual. Por eso, hoy te quiero compartir los tips que me pasó mi mamá sobre cómo escoger macetas decorativas para la sala, esas que no solo sostienen la planta, sino que también hacen que tu casa se vea más arreglada, más con estilo… más como de Pinterest, pero sin gastar tanto.
¿Por qué vale la pena invertir en una buena maceta?
A mí antes me daba igual, yo metía las plantas en cualquier cosa que encontrara. Pero mi mamá, que es bien detallista, me decía: “mijo, la maceta es como la ropa de la planta. Puedes tener una planta preciosa, pero si le pones una maceta fea, se va a ver mal”. Y tiene razón.
Una buena maceta le da presencia a tu planta, la resalta, la convierte en parte de la decoración. Y en la sala, que es donde uno recibe visitas o donde más tiempo pasa, pues con más razón vale la pena elegir bien. No tienes que gastar un dineral, pero sí conviene buscar algo que combine con tus muebles, con los colores de tu casa y con el estilo que te gusta. Puede ser algo moderno, rústico, minimalista, bohemio… lo que sea, pero que sume.
¿De qué materiales son mejores las macetas para sala?
Aquí viene el segundo consejo de mi mamá: elige el material según el estilo de tu casa y el tamaño de la planta. Por ejemplo, para plantas grandes como una palma areca o una monstera, lo mejor es usar macetas de cerámica o barro, porque son pesadas y no se vuelcan fácil. Además, si son de barro sin esmaltar, ayudan a que la tierra respire mejor.
Pero si tu sala es más moderna y te gusta lo simple, las macetas de concreto o fibra de vidrio son una maravilla. Tienen formas más limpias, colores neutros y son muy resistentes. Mi mamá tiene una zamioculca en una maceta de concreto gris claro que se ve bien elegante y combina con todo.
También están las macetas de mimbre o tipo canasta, que últimamente se ven mucho en Pinterest y en Instagram. Son perfectas para dar un toque natural y acogedor. Eso sí, casi siempre se usan como “cubremaceta”, o sea, pones adentro una maceta de plástico con plato para que no se salga el agua, y luego metes eso dentro de la canasta. Así se ve linda y no mojas el piso.
Y si eres más del estilo bohemio o rústico, hay macetas de madera, de tela, o incluso de cuerda tejida, que dan un look muy original. Mi mamá hizo una con una cubeta vieja que forró con cuerda de yute y le quedó preciosa.
Formas y tamaños que funcionan bien en la sala
La forma también importa. Para plantas colgantes, como el potus o las cadenas de corazones, lo ideal son macetas elevadas o colgantes, que puedes poner en una repisa alta o colgar del techo (si no te da miedo hacer un agujero). Mi mamá me enseñó a hacer una con macramé y quedó tan bien que ahora ya tengo tres colgadas en una esquina de la sala.
Si tienes espacio en el suelo, las macetas tipo cilindro alto o con patas ayudan a darle altura a la planta y a que se vea más imponente. Esas se ven muy bien con plantas grandes como la lengua de suegra, que crece hacia arriba.
Y si estás decorando una mesita, una repisa o un mueble bajo, ahí sí van mejor las macetas pequeñas, pero ojo, que no sean muy chillonas. A veces menos es más. Una suculenta en una maceta de cerámica blanca puede verse más elegante que una maceta con colores fosforescentes.
Detalles que marcan la diferencia (sí, mi mamá me los enseñó todos)
Algo que nunca se me había ocurrido y que mi mamá siempre hace es combinar texturas y alturas. O sea, no pongas todas las macetas del mismo color o tamaño. Juega con eso. Puedes poner una maceta blanca grande al lado de una de barro más chica, y una canasta tejida con una planta colgante. Eso hace que todo se vea más pensado, más armónico.
También me dijo que no hay que olvidarse del plato debajo de la maceta, porque aunque esté en el interior, hay que evitar que se moje el mueble o el piso. Y si no te gusta cómo se ven los platos normales de plástico, hay unos de cerámica o madera que combinan mejor con la decoración.
Otro truco: si vas a usar macetas sin agujero (porque sí, algunas decorativas no tienen), no pongas la planta directamente ahí. Mejor mete la planta con su maceta original dentro de esa y así puedes sacarla para regar, dejar que escurra, y luego volver a meterla. Así evitas encharcamientos y raíces podridas.
¿Dónde encontrar macetas decorativas bonitas sin gastar tanto?
Aquí te paso lo que hemos hecho mi mamá y yo: nos vamos a mercados locales, tianguis, tiendas de decoración tipo bazar y hasta hemos encontrado buenas macetas en tiendas de segunda mano. Hay veces que una olla o un recipiente viejo puede transformarse en una maceta muy original con un poco de pintura o cuerda.
Y si compras por internet, busca en lugares como Mercado Libre, Amazon o hasta en grupos de Facebook donde venden cosas artesanales. Solo revisa bien las medidas, porque a veces en la foto se ven grandes y cuando te llegan parecen para bonsáis.
Espero que todos estos tips te sirvan para transformar tu sala en un espacio lleno de vida, estilo y personalidad. Porque una planta bien puesta en una maceta bonita puede hacer más por tu decoración que muchos muebles caros. Y si lo haces con cariño, como dice mi mamá, “la casa se empieza a sentir más tuya”.
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